miércoles, 15 de agosto de 2012

Una luz en la oscuridad.


Me había tomado el día exclusivamente para mí, por primera vez desde que empezó el verano.

Decidí leer algún libro, ver alguna película, pintarme las uñas, estudiar si de algún modo me apetecía y me apeteció, pero no dure demasiado, hoy estaba exenta de obligaciones.

Tú estabas trabajando y esperaba tu llamada desde que me desperté, pero sabía que no llegaría hasta la hora del descanso para comer. Aun que en realidad soñaba con encontrarte escondido en alguna esquina, para asustarme, a pesar de no haber salido a la calle.

Sobrellevaba aquel verano sin mucho que decir, con escaso tiempo para mí y anhelando cada instante, porque eras la única razón que aun me mantenía a flote, esperando  a cada viernes para volver a estar juntos, me conformaba con lo mucho que tenia, porque aun tenía la suerte de poder verte, por poco tiempo que fuera.

Y es cierto que pase la tarde sola, conmigo misma, después de tu llamada…

Como es cierto que últimamente solo escribo cuando estoy triste y leo el blog de escandar, aun que ya lo haya leído tropecientas veces, por alguna razón, verme reflejada en la melancolía de sus poemas me hace sentir mejor.

Todo habría ido bien si HOY no hubiera sido fiesta, si hubiera ido a mis clases de inglés como cada día y después hubiera estado estudiando en la biblioteca, si no hubiera estado cerrado el gimnasio, aun que francamente, tampoco habría ido, como nunca lo hago cuando tengo ganas de llorar por no poder verte. Y lloro, solo por esa razón, porque me parece más que suficiente.

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