Me había tomado el día exclusivamente para mí, por primera
vez desde que empezó el verano.
Decidí leer algún libro, ver alguna película, pintarme las
uñas, estudiar si de algún modo me apetecía y me apeteció, pero no dure
demasiado, hoy estaba exenta de obligaciones.
Tú estabas trabajando y esperaba tu llamada desde que me desperté,
pero sabía que no llegaría hasta la hora del descanso para comer. Aun que en
realidad soñaba con encontrarte escondido en alguna esquina, para asustarme, a
pesar de no haber salido a la calle.
Sobrellevaba aquel verano sin mucho que decir, con escaso
tiempo para mí y anhelando cada instante, porque eras la única razón que aun me
mantenía a flote, esperando a cada
viernes para volver a estar juntos, me conformaba con lo mucho que tenia,
porque aun tenía la suerte de poder verte, por poco tiempo que fuera.
Y es cierto que pase la tarde sola, conmigo misma, después de
tu llamada…
Como es cierto que últimamente solo escribo cuando estoy
triste y leo el blog de escandar, aun que ya lo haya leído tropecientas veces,
por alguna razón, verme reflejada en la melancolía de sus poemas me hace sentir
mejor.
Todo habría ido bien si HOY no hubiera sido fiesta, si hubiera
ido a mis clases de inglés como cada día y después hubiera estado estudiando en
la biblioteca, si no hubiera estado cerrado el gimnasio, aun que francamente,
tampoco habría ido, como nunca lo hago cuando tengo ganas de llorar por no
poder verte. Y lloro, solo por esa razón, porque me parece más que suficiente.
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