jueves, 13 de diciembre de 2012

Yo?


Estoy empezando a pensar que voy perdiendo poco a poco esa gran capacidad que tenía antes para expresarme… que complicado es definirme tal y como soy, tan sencilla como un amanecer que se cuela por tu ventana y tan difícil de entender lo que llevo dentro.
Escucho a Carla Bruni, si la mujer de ese tío tan feo que fue presidente de la República francesa no hace mucho, a Lana del Rey, a Russian Red y a Anni b Sweet siempre que necesito concentración o no me siento muy bien, como ahora.
Lloro a siempre que lo necesito, y la lluvia me pone triste, inevitablemente me siento emocionalmente inestable a menudo.
Necesito dar todo el amor que llevo dentro y hacer feliz a la gente que lo recibe… Pero también necesito mucho amor para sentirme bien, soy así.
Soy enamoradiza, ilusionada, positiva y soñadora, me encanta reír a carcajadas.
Necesito que entiendan mis lagrimas porque si no siento que está ocurriendo una catástrofe…
Hablo demasiado siempre, pero cuando no es así es que algo malo hay dentro de mí.
Y la mayoría de la ocasiones cuando estoy de mal humor solo necesito un abrazo y una mirada bonita.
Cuando me enfado pierdo los pocos nervios que habitan en mi, grito y lloro, a veces también tiro cosas, pero me calman unas cuantas palabras bonitas y me hace sentir mejor una mirada profunda o que me cojan la mano.
No soporto ver sufrir a nadie, me hace sentir terriblemente mal cuando eso pasa.
Soy extremadamente sensible a todo.
Desconozco mis defectos
Y aun no he descubierto mis virtudes… no siempre me resulta fácil creer en mí misma.
No me juzguéis. 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cierra los ojos que te llevo a un lugar...


No los abras aun

Espera

Sientes el calor que provocan los rayos de sol chocando contra tu cuerpo, aun que no puedas verlos, te apetece quitarte la ropa y escuchas el rumor de agua que corre, abres los ojos, es un rio. Tienes el impuso de sentir el agua en tu piel, caminas

Te quitas los zapatos, huele a tierra mojada, ese olor que tanto te gusta, ha llovido esta mañana

Introduces los pies en el agua y te refresca.

Hay un árbol junto al rio y te sientas en el regazo de su sombra… vuelves a cerrar los ojos.

A veces se escucha el chapoteo de algún pez que sale a la superficie a comprobar que tal se está fuera.

Sientes mis dedos caminando por tu espalda, te acarician tan suave como la brisa. Mi respiración coquetea en tu nuca.

El viento te trae mi olor. Recorro tus brazos con mis manos y tu piel se rinde a mis deseos.

Permaneces con los ojos cerrados, dejando que el resto de tus sentidos vaya acostumbrando tu cuerpo a mi presencia… te dejas llevar por mis manos y mi aliento.

Los pájaros nos dedican su melodía al ritmo que mis labios besan tu espalda y mi pelo hace costillas en tus hombros.

Revuelvo tu cabello con mis dedos… tu cuerpo se mueve al compas de mis caricias

Tus cuatro sentidos a los que les permites capar los estímulos se encuentran abstraídos por la forma en que mi presencia les dedica su atención.

Mi nariz roza tus labios y luego también mis labios sienten el contacto de sus iguales.

Abres los ojos, pero no puedes ver mas allá de los míos… sujetas mi cuerpo con tus manos y me besas, una y otra y otra y otra y otra vez.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Mi vida contigo


Llegaste de una forma muy peculiar

Llenándolo todo de alegría, trastos y ropa.

De repente vi invadido mi espacio por todas tus cosas, ropa en las sillas y los armarios, gomina, carpetas, zapatos… todo repleto de cosas tuyas que antes no estaban.

Todo mi afán era ordenar y dejarlo todo tal y como estaba antes de que llegaras, pero fue algo imposible porque ahora éramos  dos. Pijamas, camisetas, un reloj.

Y después dije ¿Qué coño?

Tarde poco en darme cuenta que tus cosas formaban parte de ti y de mí también, que donde estuviera yo estaba tu hogar y dejo de importarme que estuviera todo lleno de cosas.

Habría podido pasar toda mi vida como aquellos cuatro días

Compartiéndolo todo

Haciendo lo tuyo mío

Y lo mío tuyo.

Habría parado todos los relojes del mundo por las mañanas, cuando despertaba contigo.

Y ahora que te has ido… y te has llevado tus cosas, lo veo todo vacio, orden por todas partes… no estás!

Prefiero la guerra contigo al invierno sin ti.

Prefiero que estés aquí cuanto quieras, dejando tus cosas en cualquier lugar, a que todo este vacío y me pregunte por que tus cosas ya no están ocupándolo todo…

Ya lo ocupaste todo hace mucho tiempo.

martes, 21 de agosto de 2012

Aprender a no tirar la toalla solo porque las cosas se ponen feas


¿Cómo explicarlo? Es tan complicado todo lo que pasa por mi mente en este momento.. tantos sentimientos contrapuesto que soy incapaz de entender, una presión en lo mas profundo del alma que me encoge el corazón

Como puedo explicarte que a veces no me siento nadie, que he dejado en ti la dura responsabilidad de protegerme, porque ni yo misma se como se hace eso. Como explicarte que deje de creer en el amor y en todas esas putas mentiras que cuenta la sociedad cuando me dieron el decimo quinto tiro y no tuve manera de esquivarlo. Como explicarte que todo esto que tú ves por fuera, y que tanto daño te hace, no es más que miedo, no es más que la peor manera que tengo de defender cuando intuyo que alguien puede hacerme daño, porque no tengo otra. No hace falta que me demuestres mas que no vas hacerme daño, porque ya lo has hecho, pero yo sigo a la defensiva.

Como puedo hacerte entender que nunca en mi jodida vida nadie me había importado tanto como me importas tu, y que las heridas se cierran con cariño y paciencia, pero no puedo hacerlo sola, y que de todas las heridas que intente curar por mi misma no son más que cicatrices mal cerradas y siguen doliendo por dentro. Y ya no se dé que forma más demostrarte que tu eres la persona que quiero que esté a mi lado para sanar todo el dolor, que yo también prometo sanar el tuyo, y claro que puedes marcharte si quieres porque aun no has firmado ningún contrato y no sé si te importo lo sufriente como para querer recorrer este camino junto a mí, levantándome cuando caiga, no contando cada tropiezo como la recaída de un yonkie, ni descontando oportunidades.. no podría soportar otro recuento de esos en la que las oportunidades se te agotan cuando ni si quiera tu las has utilizado.

No sé cómo explicarte lo difícil y compleja que soy por dentro y en la mayoría de los casos ni si quiera yo puedo entenderlo (y esto sí es un hecho verídico). Que tenemos que encontrar juntos la manera de que todo vuelva a ponerse en su sitio. Yo prometo echarle ganas y fuerza y mejorar a lo largo del camino, pero no puedo hacerlo sin ti, no soy ninguna yonkie y sus recaídas, solo estoy herida, pero si no me ayudas seguiré defendiéndome de toda la gente que me quiere y a la que le importo, porque siempre tendré miedo al dolor.

No soy una persona fácil de llevar, ¿estás seguro de que quieres empezar esto? Recuerdas aquella pregunta… ¿recuerdas la respuesta? No sé si realmente existe el amor o no pero si hay algún concepto que yo tenga de él es que debes querer para lo malo y para lo bueno y aceptar a la persona que amas tal y como (el pack completo), no puedes escoger solo  lo que te interesa, ayudarla a superarse a sí misma, a perder sus miedo y apoyarla cada vez que broten los malos recuerdos… al menos yo estoy dispuesta a firmar cuando tú quieras el contrato, porque realmente nunca nadie me había importado tanto..

Siempre está la opción de marcharse, sin aceptar las condiciones.

No se trata de cambiar si no de mejorar, y si estas a mi lado, se que todo se ira arreglando poco a poco.
Nunca, es muy importante que lo sepas, he querido hacerte daño,
mi vida,
pero estoy sucio y agazapado
en ese punto del camino en que no distingo
las causas de tus heridas
de las consecuencias de mis actos.

Perdido en esta discreción de disparos
sin puntería
y agotado el optimismo de tus labios,
solo creo en el destino
porque me puso la zancadilla
para que pudiera caer en tu brazos.

http://www.youtube.com/watch?v=7VLWvnK2OB8

miércoles, 15 de agosto de 2012

Una luz en la oscuridad.


Me había tomado el día exclusivamente para mí, por primera vez desde que empezó el verano.

Decidí leer algún libro, ver alguna película, pintarme las uñas, estudiar si de algún modo me apetecía y me apeteció, pero no dure demasiado, hoy estaba exenta de obligaciones.

Tú estabas trabajando y esperaba tu llamada desde que me desperté, pero sabía que no llegaría hasta la hora del descanso para comer. Aun que en realidad soñaba con encontrarte escondido en alguna esquina, para asustarme, a pesar de no haber salido a la calle.

Sobrellevaba aquel verano sin mucho que decir, con escaso tiempo para mí y anhelando cada instante, porque eras la única razón que aun me mantenía a flote, esperando  a cada viernes para volver a estar juntos, me conformaba con lo mucho que tenia, porque aun tenía la suerte de poder verte, por poco tiempo que fuera.

Y es cierto que pase la tarde sola, conmigo misma, después de tu llamada…

Como es cierto que últimamente solo escribo cuando estoy triste y leo el blog de escandar, aun que ya lo haya leído tropecientas veces, por alguna razón, verme reflejada en la melancolía de sus poemas me hace sentir mejor.

Todo habría ido bien si HOY no hubiera sido fiesta, si hubiera ido a mis clases de inglés como cada día y después hubiera estado estudiando en la biblioteca, si no hubiera estado cerrado el gimnasio, aun que francamente, tampoco habría ido, como nunca lo hago cuando tengo ganas de llorar por no poder verte. Y lloro, solo por esa razón, porque me parece más que suficiente.

sábado, 26 de mayo de 2012

Vamos a gastar la vida.


Tabaco… un cigarrillo detrás de otro

Los pulmones cargados de alquitrán y otras mierdas

Te han estafado con eso del amor…

Absurdo invento, como diría Robe, magno poeta.

Eras más feliz cuando no te enamorabas

Toda la vida soñando con él y… ¿esto es todo?

Sírvete una copa, todo el mundo lo hace.

Ahoga las penas en algún vaso sucio… MIERDA!!!

No hay fanta.

Ya no sirves ni para el alcoholismo

Cuánto daño ha hecho Disney a todas las pequeñas princesas.

Estas de psiquiatra, pero no vivimos tiempos para gastar dinero en ese tipo de cosas,

es mejor gastarlo en chupitos de tequila, aun que te revuelvan el corazón.

martes, 8 de mayo de 2012

Prometí decirte algo bonito.

En ese momento me invaden las ganas de odiarte, a veces incluso, de provocarte algún daño físico, de que te arrodilles para decirme que me quieres.

Que te arrastres para implorar mi cariño.

Pero ni tú te arrastras.

Ni yo consigo odiarte.

Te gusta hacerte el tonto, obviando el poder absoluto que tienes sobre mí. Y es que me apetece abrir el corazón, y contarte todos los putos sentimientos que llevo dentro. 

Porque no eras nada, no decías nada, ni significabas nada.

Pero un día en el asiento de atrás de mi coche, después de esa primera vez que te sentí dentro de mi supe que a partir de aquel momento dejarías de pertenecer a la nada para forman parte del todo, para que no hubiera amanecer que no me hicieras despertar pensando en ti y en tu jodida sonrisa.

Porque no hay nada mejor en el mundo que cuando alimentas mi locura al compas de cada suspiro que se te escapa.

Y es que te tengo que dar las gracias, por todos esos polvos, por las veces que me haces el amor con todo el cariño que encuentras en tu interior, o que me follas como si fuéramos unos desconocidos que no pueden sostener más el deseo poseerse.

Me pierdo en el fondo de tus ojos, dejo que tus manos realicen todo el trabajo.

Y me haces sentir esa princesa, rescatada del castillo amurallado, custodiado por un dragón que solo escupe dolor y no me deja marchar.

 Te armas de valentía, y de la madurez que tus pocos años de vida te han otorgado, y escalas esa torre, anhelando encontrar al final de ella mi corazón, mientras yo voy enlazando sábanas,(que son todas las maneras en las que me has enseñado a quererte) que nos servirán de refuerzo para bajar juntos cuando me rescates, antes de lo cual te perderás entre mis piernas apoyado en el quicio de la ventana, consumiendo el amor que hay en nuestros labios.

No quiero sentir jamás la ausencia de tu ausencia, no quiero que tus caricias se conviertan jamás en recuerdos, en anhelos de amor que un día perdimos.

Es complicado encontrar palabras para expresar todas las veces en que tu único objetivo es hacerme sonreír.

Nunca has tenido una parte de mi corazón, creaste, borraste todo lo malo y te encargaste de que todo él te perteneciera.

Me disgustan y me lamento por todas las discusión, y me pregunto cómo puedo encontrar la felicidad contigo, pero es que nada me hace más feliz que nuestras discusiones y saber que después de soltarte lo más horrible que se me ocurra, seguiré amándote, seguiré deseándote cada minuto, seguirán ahogándome las ganas de tocar y contemplar el puto milagro de tu anatomía.

Y no quiero sentir nunca más el amor, si no viene de tus besos y de la forma en que me tocas o de la frialdad de tus manos en la calidez de mi cuerpo.

El agua verde que fluye por tu mirada… tu piel… tus labios empapados de sudor…  y la forma más sencilla de amarte.

martes, 13 de marzo de 2012

La paternidad conlleva responsabilidades.

Y se marcho, se marcho para siempre…
Con las manos empapadas en lágrimas y los ojos saturados de tristeza.
Arrastro el corazón por las calles, pendiendo de las últimas fibras musculares que lo mantenían unido a su cuerpo.
Vago sin rumbo, sin pena ni gloria, como un monumento derruido.
Y se hizo la firme promesa a si misma de no cometer jamás el mismo error, de no volver jamás a pronunciar las palabras ``te perdono´´

martes, 28 de febrero de 2012

Quedó al descuvierto.

La coraza se rompió… No sabes con exactitud, si se rompió sola, por el aplomo de su propio desgaste o si por el contrario alguien la estuvo golpeando hasta terminar hastiándola.
Pero te sientes inquieta, llena de temor y de inconmensurable furia.
La única ventaja tangible a tu rabia contenida, se halla en el sencillo hecho de que ahora, una vez rota esa coraza, y después de ese acto que te ha hecho perder completamente el control de tus cuadriculados planes, es que puedes tocar la carne inconsistente, se te antoja vulnerable y completamente dúctil a un objeto cortante que puedas manipular.
Hediendo en ella tu agresiva indignación, le provocas una herida profunda y extensa, la abres tirando con las manos de cada extremo, te asomas y  encuentras una cavidad repleta de aquel órgano palpitante que controla y articula, (cohibiendo la lógica y la razón) todos y cada uno de tus actos. Desprende un calor muy húmedo y su actitud te resulta insolente y provocadora.  
Sin el más mínimo ápice de dulzura o delicadeza lo sacas, lo arrancas de su nicho natural. Lo sostienes entre tus manos y lo odias por quemarte la piel, porque a pesar de haberlo arrebatado de su guarida, aun conserva el calor.
No lo puedes controlar ni un segundo más, la ira se apodera de ti y lo aprietas, lo estrangulas entre tus dedos, exprimiendo todas las fuerzas que te quedan, hasta que el calor se desvanece, se disipa. Te sientes exhausta, notas como cada músculo de tu cuerpo va perdiendo poco a poco la capacidad de contraerse, debido al gran esfuerzo realizado. Te quedas relajada y tus manos dejan caer ese pedazo de carne reducida a materia inerte, carente de vida.
Lo contemplas en el suelo, llorando las últimas gotas de sangre que lo mantenían con vida. Mirándolo fijamente, le preguntas ¿Por qué? Le escupes reproches y le pides tan solo una, una explicación que te haga entender porque se empeño en amar todo aquello que era ilógico, incongruente, irracional… ¿Por qué?
Pero ahora te sientes libre, vacía, satisfactoriamente hueca, capacitada para seguir con tus inamovibles planes, para permanecer al lado de eso que da algún sentido a tus días, con la certeza de que ya no habrá inesperados y molestos sentimentalismos que te entretengan y que nadie jamás podrá herirte.

lunes, 13 de febrero de 2012

No ha sido tan complicado.

Te pones un poquito de música, un temita de esos que te ponen el vello erecto… y le abres la puerta a la inspiración ¿Así es cómo funciona no? De repente llega, penetra en lo más profundo de tu imaginación y de tu alma, y te susurra palabras bellas, a menudo habla de amor o dolor, pero otras veces habla de enigmas y trastornos de la vida y de la muerte y de cómo las cosas más efímeras pueden llegar a ser las más amadas.
Ciertamente hoy no sé si lo que me susurra es amor, porque no es algo que yo por mis propios medios pueda expresar, pero describe algo hermoso, en fin, no precisa de adornos o arrumacos, porque es pura abstracción de la sensibilidad más física.
Y no describe un sentimiento, si no una ocasión, una ocasión que causa maravillosas e inesperadas sensaciones, que quizá dentro de algún tiempo conduzcan a otra parte.
No era un verde cualquiera, era un verde agua, cristalino, tan transparente que enseñaba lo más cuidadosamente escondido de su interior.
Sus labios… increíblemente suaves, que gozaban de una seductora inconsistencia. Al igual que el resto de su piel, éstos incitaban a un eterno contacto, producían la más sincera adicción.
Permanece callada unos minutos, medita meticulosamente cada palabra que pronunciará. Y al fin prosigue.
Y me sumerjo en un lascivo vaivén producido por sus besos.
Sus manos desgarran mi piel al tocarla de ese modo tan intenso, entonces, cada trozo de ésta que ha recibido su calor, arde, me quema, un calor que se transmite por todo mi cuerpo atravesando cada nervio que le da vida. Tal y como ocurre cuando siento el peso de su cálida piel chocando con la mía.
Y como sí me fuera deshuesando cada vertebra, sus ágiles dedos realizan el pronunciado recorrido de la columna que atraviesa mi espalda, de principio a fin… y provoca una sensación inexpresable verbalmente.
Sus besos no dejan atrás nada de lo descrito hasta ahora, que acariciaran todo lo inalcanzable… entonces un suspiro se escapa de lo más recóndito de mi ser, que se encuentra perturbado, tras lo cual se producirá una sucesión de suspiros carente de insensibilidad.
Haciendo acopio de estas minúsculas descripciones se encuentra una ocasión tan hermosa, que finalmente acaba por alimentar un sentimiento que va emergiendo poco a poco.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Amor adolescentes

Sin saber porqué y omitiendo cualquier razón, tu recuerdo ha invadido a mi mente y con él nuestro  primer beso.
Yo me encontraba sentada en una esquina, intentando esconderme para poder mantener una conversación telefónica, huyendo del ruido y la música de la fiesta. Cuando de repente llegaste tú y te pusiste de cuclillas frente a mí, me observaste durante un largo rato y sin mediar palabra me besaste, sin más. Fue un beso húmedo y dulce, lo hiciste con ternura y con ese primer contacto de tus labios yo me sentí maravillada, lo recuerdo con magia.
Después de aquel primero beso vinieron muchos más, y más y más, un día tras otro.
Surgió algo precioso de una bonita amistad, me apoyaste y cuidaste en duros momentos, me tendiste tu hombro para llorar en innumerables ocasiones,  me escuchaste y me abrazaste sin pedir nada a cambio.
Pero un día te cansaste, no estabas dispuesto a seguir siendo la segunda opción, pero continuaste a mi lado siempre que lo necesite.
Sin darnos cuenta los días se convirtiendo en años, jugamos al amor. Y lo que un día fue algo mágico se volvió complicado. Cambiamos, dejamos atrás la adolescencia más profunda y crecimos.
Ya no éramos niños y comprendimos que el amor no era un juego y ese fue nuestro mayor error. Lo intentamos tantas veces que ya perdí la cuenta.
En muchas ocasiones me pregunto que habría sido de nosotros si las cosas hubieran salido bien, si aún permaneciésemos el uno junto al otro y si a tu lado hubiese estado mi lugar, que quizá contigo no habría tanto sufrimiento y me hubieras enseñado a querer de verdad y a perder el miedo que hoy tengo al amor.
Cometimos tantos errores como peces hay el mar, y nos causamos un daño irreversible. Pero a pesar de todo siempre nos quisimos, tanto como estrellas hay en el firmamento, hasta el infinito y siempre nos perdonamos, por ello aun cuando te veo siento magia, esa magia que un día despedazamos con nuestras propias manos y la enterramos en reproches y dolor.
Aun hoy te siento entre mis brazos y añoro todos esos momentos que nunca pasaron.
Siempre te recordare desde un profundo y sincero cariño, porque me diste algo que nadie hasta ahora ha sabido darme… Y  pase lo que pase siempre me harás vibrar.

lunes, 6 de febrero de 2012

Desvarios múltiples.

¿Qué estaba ocurriendo? Contempló sus manos una vez más ratificando que, en efecto estaban llenas de sangre, una sangre tan roja y espesa que quemaba sus dedos y éstos temblorosos, se empapaban del tacto tan extraordinario de aquel líquido.
Intento desarrollar su olfato como jamás lo hubiera hecho, abrir sus fosas nasales y exhalar aire, reconociendo cualquier aroma que permaneciera en el ambiente. Y lo consiguió, su cavidad nasal se lleno de un fuerte olor a hierro oxidado, un óxido cálido, como si hubieran abierto un horno lleno de trozos de metal impregnados de agua. Toco todo su cuerpo, repasándolo al milímetro, pero no encontró ningún orificio suficientemente grande por el cual pudiera emanar sangre, pero sus manos seguían estando ardiendo y sus dedos temblaban sin ningún control.
Observo la habitación, todo estaba en orden, tan solo aquella presencia  extraña llamo su atención, era su figura, permanecía sentado apaciblemente en un silla, parecía sosegado. Mirándola sin pestañear, expectante, como esperando que ocurriera algo.
Entonces sus ojos hambrientos de sangre penetraron abriendo irreversiblemente aquellas heridas aparentemente invisibles, que yacían bajo sus manos y comenzó a brotar toda la sangre contenida en su cuerpo.
Ella se dejo caer.
Entendiéndolo todo en aquellos últimos instantes.
 Él la había obligado, había poseído su mente, apoderándose así de su cuerpo, como en tantas otras ocasiones anteriores, pero ella comprendió que ésta era la definitiva, que él le había apagado la luz del mundo porque solo deseaba una profunda oscuridad para sus ojos.
Pensó en gritar o en matarle, pero era más sencillo permanecer inmóvil, permitir que el mundo se detuviese y desapareciendo en el abismo, porque así todo terminaría, sería el final.
Su sonrisa de satisfacción, que sugería la felicidad causada por el triunfo de sus obsesiones.
La paz de su alma ensangrentada.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Una historia que contar.

Aún jugaba a las muñecas cuando él comenzó a silbarle mientras la cortejaba bajo su balcón. A menudo, cuenta entre risas, que le parecía un verdadero suplicio tener que salir a la ventana cada vez que aquel muchacho le silbaba, para proponerle salir a dar un paseo. Él silbaba y ella salía, la invitaba al cine, a pasear, a tomar un helado o sencillamente a sentarse en un banco del parque a charlar. Todas sus amigas parecían entusiasmadas con la idea de que aquel hombre la cortejara, cuando salían juntos, ellas les espiaban, les resultaba una actividad excitante y entretenida, ya que era la primera de sus amigas que salía con un chico. En uno de esos paseos él le pidió salir de manera formal, como se hacía por aquel entonces, a lo que ella no supo responder, pero sus amigas llenaron la ausencia de su respuesta: si, claro que quiere salir contigo. Era un hombre guapo y apuesto, de buena planta, poseía un sueldo fijo debido a su trabajo, era mayor, uno de esos hombres con que todas soñaban. Pero a ella no le hizo especial ilusión la idea, aun que acepto a regañadientes, ¿Qué otra cosa podía hacer? Poco después él se marcho a su ciudad natal y desde la capital cada día le escribía cartas a las que ella respondía, en una de ellas le dio una fecha y un lugar, le dijo que iban a casarse, que había encontrado un pisito muy acogedor, unos pocos metros cuadrados con una renta asequible y que a su lado sería muy feliz.
Ella entendió que debía aceptar, que era un hombre bueno y trabajador, la mejor opción de futuro que podría esperar, teniendo en cuenta los tiempos que corrían. Franco daba sus últimas bocanadas de vida, se atisbaba una democracia no muy lejana, la ETA daba sus primeros atentados y en la Europa soviética se desarrollaba la guerra fría, no había demasiadas posibilidades para las mujeres y aquel hombre suponía  un porvenir en la capital. Dejo todo por marche a su lado, las muñecas, sus amigas, sus hermanos y sus padres, y toda aquella infancia feliz que había experimentado en un pueblo pequeño, de férreas costumbres.
Comenzaron una vida juntos en Madrid, el trabaja sin parar y ella se encargaba de la casa y las tareas domesticas, como hacia cualquier mujer que se preciara. Poco a poco la familia fue creciendo. Fue una esposa ejemplar, una excelente ama de casa y la mujer que cualquier hombre habría querido para criar a sus hijos. Lo tenía todo listo y preparado para cuando el llegaba de trabajar, la cena o la comida dependiendo del día, sus hijos limpios y bien educados y la casa impecable, pecaba de perfección, pero ella jamás se percató de semejante defecto.
Y así transcurrieron el resto de sus días, ella salvo el mundo en una absoluta ignorancia y el infundo una tajante educación en su casa, quizá a veces sus hijos le temieron, igual que lo siguen haciendo, aun que no poseo demasiados detalles, es algo que desconozco, supongo que no se puede hablar de lo que no se sabe.
Al fin y al cabo es una historia más de aquellos tiempos convulsos de agitación social, la historia de una mujer que es un ángel y que a pesar de haberla arrancado de sus queridas raíces de una forma tan inesperada, ella siempre dice que quiere ser enterrada en su tierra, en esa arena árida y seca que un día dejo para no volver jamás.  

lunes, 23 de enero de 2012

Recuperado del olvido.

Me encantaría poder vivir en tu cama, escondida entre la ternura de tus sábanas, en ese mundo desconocido, inmersa en la infinidad de tus ojos.
Tu cama es una puerta hacía un mundo secreto, donde solo tu cálido aroma consigue penetrar en mis pulmones, haciendo vibrar mi alma, provocando un estado de éxtasis en mi mente.
Tu cuerpo irradia una tenue luz, suficientemente intensa para vislumbrar cada detalle que lo perfecciona. Al caminar por cada centímetro de tu suave piel el camino se vuelve fácil y las ligeras curvas lo hacen excitante, una senda por la cual podría caminar durante toda mi vida.
Tus piernas se enredan en mi cuerpo y tu lengua en mis labios, y entonces logras que tu esencia forme parte de mi ser y me das vida.
Mi alma emprende un viaje hacia el exterior, se expande, se libera, ocupando hasta el más inhóspito rincón de mi cuerpo, esperando esa gran explosión de sensaciones, que me hace reír y a la vez llorar, pero sobre todo me hace sentir la única mujer amada en un mundo de guerra.
Tu cama es ese lugar en el cual el sentido de la vida se torna de un color superfluo, apenas visible, un lugar en el cual mi alma se siente libre y tu presencia me da la paz de la que carece el resto del mundo

domingo, 8 de enero de 2012

Mamá.

Era poesía envuelta en corteza de sauce y roble, fuerte y robusta, ligeramente impermeable ante los contratiempos; las lluvias, el sol abrasador, resistía incluso las heladas y los largos periodos de sequía. Pero estaba desgastada y dolorida, envejecida por el paso de los duros y arduos años que la azotaban, quedando grabados en su piel y en su memoria.
Pero a pesar de todo seguía siendo poesía pura, esencia de belleza, hermosa como el amanecer más bello, una poesía dura, inquebrantable, amainada por los suaves vientos de las alegrías y los días repletos de sol.
Y en su interior crema de sabia, dulce como el azúcar, tan frágil como las alas de una libélula, protegida por su gruesa corteza. La crema que recorría su cuerpo, que la hacía un ser recónditamente bello y este untuoso líquido era el que curaba sus heridas, emanando así de ellas las palabras que la componían, sangre en forma de efímeros versos que dejaban su alma al descubierto, la definición de un ser sublime.

Alucinación.

Odiaba sus manos por ser ásperas como el esparto, fuertes, ávidas de sensibilidad, pero no podía evitar perder el control cuando éstas recorrían mi cuerpo, la manera tan profunda e intensa en la que lo hacía, buscando en mi toda esa dulzura que anhelaban. Odiaba sus ojos, al no poder entender que a pesar de estar tan vacios, tan ausentes de sensaciones, a veces pudieran transmitirme tanto como me transmitían. Odiaba su voz grave y tosca, pero amaba sentir su aliento sobre mi piel.
De forma comedida debo confesar que no es el hombre de mis sueños, si no que es justo lo contrario.