miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cierra los ojos que te llevo a un lugar...


No los abras aun

Espera

Sientes el calor que provocan los rayos de sol chocando contra tu cuerpo, aun que no puedas verlos, te apetece quitarte la ropa y escuchas el rumor de agua que corre, abres los ojos, es un rio. Tienes el impuso de sentir el agua en tu piel, caminas

Te quitas los zapatos, huele a tierra mojada, ese olor que tanto te gusta, ha llovido esta mañana

Introduces los pies en el agua y te refresca.

Hay un árbol junto al rio y te sientas en el regazo de su sombra… vuelves a cerrar los ojos.

A veces se escucha el chapoteo de algún pez que sale a la superficie a comprobar que tal se está fuera.

Sientes mis dedos caminando por tu espalda, te acarician tan suave como la brisa. Mi respiración coquetea en tu nuca.

El viento te trae mi olor. Recorro tus brazos con mis manos y tu piel se rinde a mis deseos.

Permaneces con los ojos cerrados, dejando que el resto de tus sentidos vaya acostumbrando tu cuerpo a mi presencia… te dejas llevar por mis manos y mi aliento.

Los pájaros nos dedican su melodía al ritmo que mis labios besan tu espalda y mi pelo hace costillas en tus hombros.

Revuelvo tu cabello con mis dedos… tu cuerpo se mueve al compas de mis caricias

Tus cuatro sentidos a los que les permites capar los estímulos se encuentran abstraídos por la forma en que mi presencia les dedica su atención.

Mi nariz roza tus labios y luego también mis labios sienten el contacto de sus iguales.

Abres los ojos, pero no puedes ver mas allá de los míos… sujetas mi cuerpo con tus manos y me besas, una y otra y otra y otra y otra vez.

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