Llegaste de una forma muy peculiar
Llenándolo todo de alegría, trastos y ropa.
De repente vi invadido mi espacio por todas tus cosas, ropa
en las sillas y los armarios, gomina, carpetas, zapatos… todo repleto de cosas
tuyas que antes no estaban.
Todo mi afán era ordenar y dejarlo todo tal y como estaba
antes de que llegaras, pero fue algo imposible porque ahora éramos dos. Pijamas, camisetas, un reloj.
Y después dije ¿Qué coño?
Tarde poco en darme cuenta que tus cosas formaban parte de
ti y de mí también, que donde estuviera yo estaba tu hogar y dejo de importarme
que estuviera todo lleno de cosas.
Habría podido pasar toda mi vida como aquellos cuatro días
Compartiéndolo todo
Haciendo lo tuyo mío
Y lo mío tuyo.
Habría parado todos los relojes del mundo por las mañanas,
cuando despertaba contigo.
Y ahora que te has ido… y te has llevado tus cosas, lo veo
todo vacio, orden por todas partes… no estás!
Prefiero la guerra contigo al invierno sin ti.
Prefiero que estés aquí cuanto quieras, dejando tus cosas en
cualquier lugar, a que todo este vacío y me pregunte por que tus cosas ya no están
ocupándolo todo…
Ya lo ocupaste todo hace mucho tiempo.
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