lunes, 23 de enero de 2012

Recuperado del olvido.

Me encantaría poder vivir en tu cama, escondida entre la ternura de tus sábanas, en ese mundo desconocido, inmersa en la infinidad de tus ojos.
Tu cama es una puerta hacía un mundo secreto, donde solo tu cálido aroma consigue penetrar en mis pulmones, haciendo vibrar mi alma, provocando un estado de éxtasis en mi mente.
Tu cuerpo irradia una tenue luz, suficientemente intensa para vislumbrar cada detalle que lo perfecciona. Al caminar por cada centímetro de tu suave piel el camino se vuelve fácil y las ligeras curvas lo hacen excitante, una senda por la cual podría caminar durante toda mi vida.
Tus piernas se enredan en mi cuerpo y tu lengua en mis labios, y entonces logras que tu esencia forme parte de mi ser y me das vida.
Mi alma emprende un viaje hacia el exterior, se expande, se libera, ocupando hasta el más inhóspito rincón de mi cuerpo, esperando esa gran explosión de sensaciones, que me hace reír y a la vez llorar, pero sobre todo me hace sentir la única mujer amada en un mundo de guerra.
Tu cama es ese lugar en el cual el sentido de la vida se torna de un color superfluo, apenas visible, un lugar en el cual mi alma se siente libre y tu presencia me da la paz de la que carece el resto del mundo

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