miércoles, 8 de febrero de 2012

Amor adolescentes

Sin saber porqué y omitiendo cualquier razón, tu recuerdo ha invadido a mi mente y con él nuestro  primer beso.
Yo me encontraba sentada en una esquina, intentando esconderme para poder mantener una conversación telefónica, huyendo del ruido y la música de la fiesta. Cuando de repente llegaste tú y te pusiste de cuclillas frente a mí, me observaste durante un largo rato y sin mediar palabra me besaste, sin más. Fue un beso húmedo y dulce, lo hiciste con ternura y con ese primer contacto de tus labios yo me sentí maravillada, lo recuerdo con magia.
Después de aquel primero beso vinieron muchos más, y más y más, un día tras otro.
Surgió algo precioso de una bonita amistad, me apoyaste y cuidaste en duros momentos, me tendiste tu hombro para llorar en innumerables ocasiones,  me escuchaste y me abrazaste sin pedir nada a cambio.
Pero un día te cansaste, no estabas dispuesto a seguir siendo la segunda opción, pero continuaste a mi lado siempre que lo necesite.
Sin darnos cuenta los días se convirtiendo en años, jugamos al amor. Y lo que un día fue algo mágico se volvió complicado. Cambiamos, dejamos atrás la adolescencia más profunda y crecimos.
Ya no éramos niños y comprendimos que el amor no era un juego y ese fue nuestro mayor error. Lo intentamos tantas veces que ya perdí la cuenta.
En muchas ocasiones me pregunto que habría sido de nosotros si las cosas hubieran salido bien, si aún permaneciésemos el uno junto al otro y si a tu lado hubiese estado mi lugar, que quizá contigo no habría tanto sufrimiento y me hubieras enseñado a querer de verdad y a perder el miedo que hoy tengo al amor.
Cometimos tantos errores como peces hay el mar, y nos causamos un daño irreversible. Pero a pesar de todo siempre nos quisimos, tanto como estrellas hay en el firmamento, hasta el infinito y siempre nos perdonamos, por ello aun cuando te veo siento magia, esa magia que un día despedazamos con nuestras propias manos y la enterramos en reproches y dolor.
Aun hoy te siento entre mis brazos y añoro todos esos momentos que nunca pasaron.
Siempre te recordare desde un profundo y sincero cariño, porque me diste algo que nadie hasta ahora ha sabido darme… Y  pase lo que pase siempre me harás vibrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario