lunes, 13 de febrero de 2012

No ha sido tan complicado.

Te pones un poquito de música, un temita de esos que te ponen el vello erecto… y le abres la puerta a la inspiración ¿Así es cómo funciona no? De repente llega, penetra en lo más profundo de tu imaginación y de tu alma, y te susurra palabras bellas, a menudo habla de amor o dolor, pero otras veces habla de enigmas y trastornos de la vida y de la muerte y de cómo las cosas más efímeras pueden llegar a ser las más amadas.
Ciertamente hoy no sé si lo que me susurra es amor, porque no es algo que yo por mis propios medios pueda expresar, pero describe algo hermoso, en fin, no precisa de adornos o arrumacos, porque es pura abstracción de la sensibilidad más física.
Y no describe un sentimiento, si no una ocasión, una ocasión que causa maravillosas e inesperadas sensaciones, que quizá dentro de algún tiempo conduzcan a otra parte.
No era un verde cualquiera, era un verde agua, cristalino, tan transparente que enseñaba lo más cuidadosamente escondido de su interior.
Sus labios… increíblemente suaves, que gozaban de una seductora inconsistencia. Al igual que el resto de su piel, éstos incitaban a un eterno contacto, producían la más sincera adicción.
Permanece callada unos minutos, medita meticulosamente cada palabra que pronunciará. Y al fin prosigue.
Y me sumerjo en un lascivo vaivén producido por sus besos.
Sus manos desgarran mi piel al tocarla de ese modo tan intenso, entonces, cada trozo de ésta que ha recibido su calor, arde, me quema, un calor que se transmite por todo mi cuerpo atravesando cada nervio que le da vida. Tal y como ocurre cuando siento el peso de su cálida piel chocando con la mía.
Y como sí me fuera deshuesando cada vertebra, sus ágiles dedos realizan el pronunciado recorrido de la columna que atraviesa mi espalda, de principio a fin… y provoca una sensación inexpresable verbalmente.
Sus besos no dejan atrás nada de lo descrito hasta ahora, que acariciaran todo lo inalcanzable… entonces un suspiro se escapa de lo más recóndito de mi ser, que se encuentra perturbado, tras lo cual se producirá una sucesión de suspiros carente de insensibilidad.
Haciendo acopio de estas minúsculas descripciones se encuentra una ocasión tan hermosa, que finalmente acaba por alimentar un sentimiento que va emergiendo poco a poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario